El verano es una época en la que la piel enfrenta desafíos adicionales debido a la exposición solar intensa y las condiciones climáticas cambiantes. Nos exponemos al sol, al viento, a los baños en el mar o en la piscina que son irritantes. Además sufrimos más calor en nuestro cuerpo, lo que produce vasodilatación y enrojecimiento de la piel, y sudoración, que produce enfriamiento e irritación de la piel. Los pacientes con enfermedades de la piel son sensibles a estos cambios que pueden agravar su dermatosis de base.
Nuestra piel, especialmente la de la cara, que es más sensible, debe orientarse en los cuidados adecuados. Las afecciones dermatológicas como la dermatitis y el acné pueden agravarse o el paciente sufre molestias, si no se toman precauciones adecuadas. Aquí te presentamos una guía completa para mantener tu piel en su mejor estado durante esta temporada.
Identificación y Prevención de problemas de la piel en verano:
Protección Solar Constante:
- Protección Solar Constante:
El uso de protector solar de amplio espectro con un SPF adecuado es esencial. Aplica y vuelve a aplicar cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar.
Conocemos por los estudios que aplicamos cantidad insuficiente en general, hay que ser prolijos. También sabemos que un factor 30 o superior bien aplicado es suficiente. Y que el factor 50 añade un poco más pero también hay que aplicarlo bien.
Existen zonas especialmente sensibles como la cara, el cuello o el escote, y zonas especialmente sensibles, pero al olvido, como las orejas, los empeines, el cuero cabelludo o el dorso de las manos.
- Hidratación en Profundidad:
La hidratación es clave para evitar la sequedad y la descamación. Las situaciones habituales del verano, con los baños en el mar, piscina, viento y sol suponen agredir nuestra piel. La piel tiene mecanismos para defenderse de forma natural, pero podemos ayudarle con hidratación.
La hidratación es la forma básica de regenerar la piel. Opta por humectantes ricos en ingredientes como ácido hialurónico, ceramidas, factor natural de hidratación, petrolatum y glicerina. No todas las estrategias de hidratación de la piel ni todas las cremas son iguales. Podemos hidratar la piel con otras sustancias como la urea o el ácido láctico, pero en verano pueden irritar nuestra piel.
- Rutina de Limpieza Adecuada:
Limpia tu piel con suavidad utilizando limpiadores suaves, de PH neutro, en vehículos hidratantes y sin fragancia. La piel en verano ya sufre ciertas agresiones, por ello las exfoliaciones o el uso de doble limpieza facial debe disminuirse.
Si no se utiliza el jabón adecuado la limpieza puede producir sequedad e incluso eccema. En verano es mejor optar por limpiadores no secantes o no astringentes .Lavar en exceso o de forma inadecuada puede eliminar los aceites naturales de la piel.
- Evita el Toque Constante:
Evita tocar tu rostro con las manos, ya que puede transferir suciedad y bacterias, lo que puede exacerbar el acné o provocar infecciones.
- Ropa de Protección:
Viste ropa que cubra adecuadamente la piel para evitar la exposición directa al sol y minimizar el riesgo de quemaduras solares. La ropa ideal para proteger la piel del sol en verano debe ser no oclusiva o transpirar, como el algodón o prendas técnicas.
Los colores oscuros como el negro o el azul marino, protegen mejor la piel ya que absorben la radiación solar mejor que los colores claros que la reflejan.
No te olvides del sombrero o gorro para proteger la cabeza y la cara del sol, los más adecuados son los de ala superior a 7 cm y de forma circular, como el gorro panamá, safari, o las pamelas.
- Dieta Saludable:
Una dieta rica en antioxidantes, vitaminas y minerales puede ayudar a mantener la piel en buen estado. Los carotenos son los pigmentos antioxidantes naranjas de la zanahoria, la naranja o la calabaza, ellos nos van a añadir protección solar frente a las quemaduras agudas. Son los más conocidos, y también tenemos otros pigmentos presentes en el tomate, los huevos o las verduras de hoja verde que nos ayudan como antioxidantes, es decir cómo protectores del daño de la piel por el sol.
Las vitaminas como la vitamina A nos protege de las quemaduras solares y la Niacinamida nos protege del daño solar de la piel a largo plazo, de lo que llamamos daño solar crónico y la aparición de cáncer de piel.
Los minerales nos ayudan en muchas funciones de la piel, la principal a retener el agua y mantenerla hidratada.
- Hidratación Interna:
Beber suficiente agua es esencial para mantener la piel hidratada desde dentro. Debemos escuchar la sensación de sed en nuestro cuerpo, y beber abundantes líquidos antes de que aparezca. Cuando no lo hacemos la piel se muestra más arrugada y con tendencia a plegarse.
Mantener una piel sana en verano requiere una combinación de protección, hidratación y cuidado adecuado. Al adoptar estas prácticas, puedes prevenir problemas dermatológicos y lucir una piel radiante durante toda la temporada.