A lo largo de mi carrera he podido desarrollar experiencia en el tratamiento del herpes genital. Te lo cuento en este post.
El herpes genital pertenece a la familia de los virus herpes, donde está también el virus herpes zóster o el virus Epstein-Barr, por ejemplo. Se trata de un virus muy frecuente y afecta a la mayoría de la población. Sin embargo, los pacientes con herpes genital o herpes genital recurrente tienen muchas dudas o afectación por su padecimiento.
En este post te cuento mi experiencia en el tratamiento del herpes genital. Para ello iré respondiendo a las preguntas que me encuentro más frecuentemente en la consulta.
¿Herpes genital tipo 1 o tipo 2?
Hay dos tipos de virus herpes simple, el tipo 1 que es más frecuente en la boca, herpes labial o las calenturas y el tipo 2 que es más frecuente en los genitales. En primer lugar, vamos a hablar de que el herpes genital no siempre es el tipo 2. Es decir, por las prácticas sexuales que tenemos con el sexo oro-genital pueden estar intercambiados. Entonces no debe sorprendernos que nos encontremos en la zona genital el diagnóstico del herpes tipo 1.
El diagnóstico: PCR la mejor prueba
Otra duda frecuente que me encuentro respecto al diagnóstico: el diagnóstico de certeza de un herpes se realiza mediante una prueba que es la PCR directa de la lesión. Esto es necesario a la hora de plantear el tratamiento del herpes genital.
A veces los pacientes están diagnosticados, o mejor dicho, no están bien diagnosticados. Dado que es una situación o una enfermedad que puede angustiar a los pacientes, es importante transmitirles que el diagnóstico de certeza se hace mediante una PCR directa de la lesión en forma de vesícula que identifique el ADN del virus. La PCR es una prueba muy buena y muy sensible.
Diagnóstico clínico o serologías: no es suficiente
De lo anterior se deriva esto. En ocasiones tenemos pacientes que vienen con diagnósticos clínicos, es decir, solo por visualización por una persona no experta, e incluso otras veces con el diagnóstico de serologías, que es el diagnóstico inmunitario que representa los anticuerpos que tiene el paciente en sangre. Puesto que es un virus que es muy frecuente, muchos pacientes de la población general con o sin síntomas van a tener anticuerpos. Creo que con el Covid nos hemos familiarizado más con esto, es lo que la población general llama «tener inmunidad», que es algo así como haber contactado con el viros. Los anticuerpos tienen una latencia, tardan semanas en aparecer y no nos van a servir para un diagnóstico plenamente de certeza en fase aguda, es decir con el herpes activo.
¿Dónde he cogido el herpes genital?
Otra duda a la que nos enfrentamos muchas veces cuando llega el paciente es dónde se lo ha cogido o esto se cuestionana a veces. Genera muchas dudas. En el caso de herpes genital, no protege el preservativo. Es un virus de campo, es decir, está en la piel, puedes contactar con el por sexo oral, por roce con la zona genital o con roce piel con piel de otras zonas. Además tiene una latencia larga, lo normal es que cuando contactemos con el no de síntomas. Todo esto hace que no se pueda saber exactamente en qué momento has contactado con el virus.
El virus que se queda con nosotros
También es importante destacar, antes de plantear el tratamiento del herpes genital, que es un virus ADN que permanece integrado en la célula. La traducción más sencilla de esto es que tras contactar con el, el virus se integra en nuestras células y queda latente. Sufriendo después reactivaciones o no.
Lo más frecuente es contactar con el virus de forma asintomáticas, es decir, sin síntomas en las primeras edades de las prácticas sexuales. Y en algunos pacientes pueden aparecer las reactivaciones del herpes simple genital con la aparición de síntomas.
Pero entonces, ¿hay primera infección del herpes genital con síntomas?
Si puede haberlas pero no es frecuente. Lo normal es que no los haya. Cuando aparecen el cuadro es llamativo, con dolor en la zona genital, aparición de vesículas, ganglios de la ingle inflamados y en ocasiones malestar general. Es importante conocer la situación ya que en este caso puede variar el tratamiento del herpes genital.

¿Tiene relación el tratamiento del herpes con el COVID o con la vacuna?
Otra duda que me encuentro frecuentemente es la relación con la vacuna del COVID o con el propio COVID. A lo largo de mi experiencia con el COVID y con la vacunación hemos visto que tiene una especial relación con el herpes y la capacidad de reactivarlo. Con lo cual, hay pacientes que relacionan la vacunación o la experiencia de sufrir un COVID con la activación del virus herpes y de sus recurrencias. Esto no es nuevo, el virus herpes tiene la capacidad de reactivarse con las infecciones, las vacunas o la fiebre.
¿Estoy bien de defensas si tengo un herpes genital?
En ocasiones los pacientes se cuestionan si inmunológicamente están bien por tener un herpes. Hasta ahora, todos los estudios que se hacen en los pacientes que tienen un herpes recurrente, inmunitariamente a nivel macro, no se encuentra absolutamente nada. Obviamente hay algo que hace que el virus se reactive, pero no es una alteración cualitativa o significativa que nosotros hayamos podido medir en las analíticas normales o groseras que se hacen para valorar la inmunidad del paciente.
¿Sirve en el tratamiento del herpes genital vacunarse de otra cosa?
Una pregunta en la consulta es si la vacunación frente a otro tipo de virus o de bacteria puede ser capaz de disminuir la recurrencia de los herpes genitales. En este caso no hemos encontrado nada publicado. La salida de algún tipo de vacuna de virus de la familia de herpes ha hecho que, en los pacientes que tienen herpes de repetición, se haya considerado en su tratamiento para evitar la recurrencia. Sin embargo, tanto en mi experiencia personal como en lo que he encontrado publicado, no he encontrado beneficio o indicación de hacerlo.
¿Qué hacer con las parejas de los pacientes con herpes genital recurrente?
Un aspecto a abordar es qué hacer con las parejas. En este caso, normalmente en un brote único, se recomienda no hacer nada. Pero los brotes recurrentes sí que pueden angustiar al paciente, tanto si tiene pareja estable para no contagiársela como si no la tiene a la hora de tener intercambios sexuales. La recomendación es: si tienes el herpes activo, no realices ningún tipo de acto sexual en la fase de vesícula. Normalmente, además, el paciente está molesto y no le suele apetecer.
Sin embargo, a veces es tranquilizador hacer un estudio de serología a la pareja, ya que si la pareja ya ha tenido contacto con el virus y tiene inmunidad, pues realmente no se lo va a contagiar el paciente que tiene las recurrencias o que se le activa. Sin embargo, a veces la comunicación con la pareja es fluida y otras veces no, o el paciente no lo desea. En ese caso, se puede instaurar tratamiento para prevenir el contagio, tanto en los brotes como fuera de los brotes.
El estigma del herpes genital
El tratamiento del herpes genital me hace ver a veces en los pacientes angustia y la falta de comunicación. El herpes genital está estigmatizado y en ocasiones el paciente no tiene con quién hablar. Como ellos mismos dicen en la consulta: «un herpes labial recurrente o calentura está normalizado, y sin embargo, el herpes genital, es lo mismo en otra zona del cuerpo y no se puede contar». Un herpes genital, por la asociación a lo mejor a ser una persona más promiscua, más abierta, contagiosa… es muy estigmatizante.
Me encuentro en la consulta pacientes que pueden hablar fluidamente en su ambiente y con tranquilidad con su pareja, con su familia, con sus amigos… pero, sin embargo, otros, vienen a la consulta a hablar con el médico. Lo tienen como una patología que no comparten. Creo que en ese momento la relación médico-paciente es muy importante y le sirve para desahogarse. Y tenemos que transmitir tranquilidad y, sobre todo, comprenderles y entender que no siempre quieren contar su patología. Nuestra labor creo que es la de acompañarle y respetar ese proceso.
El tratamiento supresor preventivo y su efecto emocional
Mi experiencia con el tratamiento supresor, que es bastante impresionante desde mi punto de vista de médico. Existen otras enfermedades de la piel, que sabemos que influyen en tu estado de ánimo, como puede ser una psoriasis o una dermatitis atópica. A veces al mejorar la propia enfermedad de la piel, el estado de ánimo del paciente o su afectación emocional por la enfermadad, tarda un poco más en mejorar. Digamos que va un poco más independiente y más lento.
Sin embargo, en el caso del herpes, para mí es bastante llamativo: veo bastante causa-efecto. En el momento que al paciente le evita tener las recurrencias del herpes repetidas, el paciente automáticamente mejora emocionalmente. Es bastante directo.
Poca información sobre el tratamiento preventivo
También me encuentro es el desconocimiento del tratamiento supresor. Tengo que informar en la consulta del tratamiento para prevenir los rebrotes en el tratamiento del herpes genital. Existe, por tanto, la capacidad de evitar esos brotes recurrentes que, en el caso de los pacientes, cuando son muy seguidos, son bastante limitantes. Me encuentro algunos pacientes que no pueden ir al trabajo por la ropa, otros que no se pueden sentar, otros que incluso tienen malestar en los brotes, e incluso tengo trabajadoras sexuales. Con lo cual, el conocimiento y la aplicación correcta de este tratamiento preventivo es importante. Les da mucha tranquilidad.
¿Cuándo retirar el tratamiento del herpes genital preventivo?
El dilema posterior es en qué momento retirar el tratamiento supresor. Actualmente las guías dicen usarlo de tres a seis meses, pero encuentro pacientes que necesitan algún periodo de tranquilidad más. En ese caso les suelo dejar tiempo para que asimilen, para que mejoren, para que entiendan, para que se organicen emocionalmente. En el caso de las trabajadoras sexuales, a veces no lo puedo retirar cuando están en trabajo activo.
En fin, a pesar de la guía, yo creo que es muy importante que el médico sea capaz de trasladar las guías a una situación personal de un paciente y amoldarse.

¿Sirven los suplementos en el tratamiento del herpes genital?
En ocasiones también tengo que resolver en la consulta el papel de la suplementación. De lo que más tenemos evidencias de resultados en el tratamiento del herpes genital es de los suplementos de zinc. Aunque también se han estudiado otros suplementos, como pueden ser los derivados de la vitamina B o el polypodium leucotomos y una serie de moduladores del sistema inmune. Mi experiencia con esto es discreta y sí que tengo algún paciente que es capaz de controlar los brotes con este tratamiento, pero suelo indicarlo después de valorar tratamientos de prevención del herpes. En esos periodos de descanso sí que lo intento probar.
¿Cuándo empieza a funcionar el tratamiento del herpes genital preventivo?
Otra duda a aclarar es: ¿qué pasa cuando empiezas el tratamiento supresor del herpes, el tratamiento para evitar tener recurrencias del herpes genital? Lo normal es que el paciente vaya teniendo una mejoría gradual, pero no es inmediata, sino que con el paso del tiempo, los brotes van perdiendo intensidad. Pero aún así pueden tener como todavía ciertos brotes del herpes de menor intensidad. No es perfecto, y merece la pena en los casos en los que está indicado.
¿Y que pasa si dejo el tratamiento del herpes genital preventivo si lo dejo?
Y otra cosa que pasa muchas veces: me preguntan qué pasa cuando retiro el tratamiento del herpes genital supresor. En este caso, la mayoría de las veces el herpes se queda más calmado y pierde intensidad. Por esto se pauta también: para descanso del paciente y para tratar de quitarle virulencia. Lo normal es que no vuelva a la frecuencia anterior. Sin embargo, a veces hay pocos casos en los que se vuelve a reactivar. En ese caso, lo que se tendría que valorar es volver a restaurar el tratamiento supresor.
¿Y si estoy embarazada?
Me preguntan las pacientes que ocurre si se quedan embarazadas teniendo un herpes genital recurrente. Este virus no afecta al desarrollo del feto. La única precaución que habría que tener es evitar que el herpes genital esté activo en el momento de un parto vía vaginal. Estas posibilidades son muy bajas. No obstante, los ginecólogos están completamente atentos y prevenirlo. Fuera de esa situación poco frecuente, y que tiene que coincidir que la mujer se ponga de parto con el activo, este virus no afecta al desarrollo del bebé.
Conclusiones
El herpes genital es una infección poco visible y muy estigmatizada. Aunque no siempre genera síntomas, cuando se reactiva puede afectar física y emocionalmente a quienes lo padecen.
En mi experiencia clínica, lo más importante es transmitir información clara y útil, y ofrecer un tratamiento adaptado a cada paciente. Afortunadamente tenemos tratamiento para prevenir los brotes recurrentes.
Además:
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El diagnóstico de certeza de un herpes genital es con PCR directa de la lesión.
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No se puede saber con certeza cuándo ni cómo se ha producido el contagio.
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No hay indicios de inmunodeficiencia en pacientes con herpes genital recurrente.
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El tratamiento supresor mejora de forma directa el estado emocional del paciente.
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Hablarlo con la pareja, si se desea, puede ayudar. Pero no siempre es fácil ni obligatorio.
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Y en caso de embarazo, solo hay que tener precaución si el brote está activo justo en el momento del parto si es vaginal.
Como dermatóloga, estoy convencida de que la labor del médico en estos casos es también acompañar, comprender y quitar peso innecesario a una infección que, bien tratada, se puede controlar.
Referencias recomendadas sobre el tratamiento del herpes genital
1. CDC herpes genital. https://www.cdc.gov/herpes/es/about/acerca-del-herpes-genital.html
2. Hoja informativa del herpes genital del Ministerio de Sanidad. https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/sida/docs/hojaInformativaHerpesGenital.pdf
La Dra Fernández-Guarino es dermatólogo y ejerce con su equipo de Dermatólogos en Madrid en su Clínica Privada de Dermatología Avanzada.
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Preguntas frecuentes sobre el tratamiento del herpes genital: responde la Dra. Fernández-Guarino
¿Existen diferentes tipos de callos en los pies?
Sí. Aunque el término “callo” es coloquial, en dermatología hablamos de helomas o hiperqueratosis reactivas, y pueden clasificarse según su localización y profundidad:
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Heloma duro: es el típico callo en zonas de presión (como la planta o los dedos).
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Heloma blando: suele aparecer entre los dedos, donde hay humedad; la piel es más blanca y blanda.
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Heloma vascular o neurovascular: tiene vasos sanguíneos o terminaciones nerviosas en su interior, por eso son más dolorosos. Se pueden confundir con papilomas plantares.
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Hiperqueratosis difusa: engrosamiento generalizado, sin núcleo central definido.
El dermatólogo puede ayudarte a identificarlos correctamente.
¿Cuál es la diferencia entre un callo y un papiloma plantar del pie?
Es una confusión frecuente. El callo respeta los dermatoglifos, es decir, las líneas naturales de la piel (la “huella dactilar” del pie). El papiloma o verruga plantar los rompe y además presenta puntos oscuros en su interior (papilas vasculares). El papiloma duele al pellizcarlo lateralmente y es más frecuente en niños y jóvenes, mientras que el callo aparece más en adultos. El callo suele doler al pellizcarlo o apretarlo verticalmente.
¿Qué hago si me salen callos en los pies?
Primero, descartar que no se trate de una verruga. Si es un callo, puedes empezar por:
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Eliminar la piel sobrante con lima, piedra pómez o cuchilla (con cuidado).
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Aplicar queratolíticos, como ácido salicílico al 15–40%, urea al 40% o ácido láctico al 20%.
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Revisar el calzado y la pisada, evitar roces y presión.
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Consultar al dermatólogo si hay dudas diagnósticas.
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Y si el callo reaparece siempre en el mismo sitio o no funcionan los tratamientos caseros sencillos, consultar también al podólogo para valorar el tratamiento integral.
¿Qué causan los callos en los pies?
Los callos en los pies se producen por un aumento de presión o fricción mantenida en una zona concreta. Esto puede deberse a:
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Calzado estrecho, duro o mal ajustado.
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Alteraciones de la pisada o de la estática del pie.
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Actividad física repetitiva (andar, correr).
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Deformidades óseas o apoyo anómalo.
La piel responde engrosándose para protegerse: eso es la hiperqueratosis reactiva que da lugar al callo.
Referencias sobre callos en los pies
- Bolognia JL, Schaffer JV, Cerroni L. Dermatology. 4th ed. Elsevier; 2018. p. 1352–3.
- Zakka Bajjani J, Auzou P, Paniez H, Katsogiannou M, Chapalain V, Pierre C, Wiederkehr S, Gauchoux R, Gauthier M, Artus-Arduise C. Pain Relief and Protection of Corns, Calluses and Bunions Using COMPEED® Foot Care Hydrocolloid Plasters: A Prospective Non-Interventional Study in Primary Care/Community Pharmacies. Med Devices (Auckl). 2025 Mar 27;18:213–231. doi:10.2147/MDER.S501122. PMID: 40165907; PMCID: PMC11956707.
- Reilly IN, Longhurst B, Vlahovic TC. Surgical Excision of Intractable Plantar Keratoses (Corns) of the Foot: A Scoping Review. J Am Podiatr Med Assoc. 2023 Nov–Dec;113(6):22-044. doi:10.7547/22-044. PMID: 38175699.
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